martes, 19 de febrero de 2013

CONTINUACIÓN DE LA SEGUNDA APARICIÓN

Al punto se fue Juan Diego al palacio del señor obispo. Apenas llego, se hizo todo empeño por verlo, otra vez con mucha dificultad le vio: y se arrodillo a sus pies; se entristeció y lloro al exponerle el mandato de la Señora de Cielo; Que ojala que creyera su mensaje, y la voluntad de la Inmaculada, de erigirle su templo donde manifestó que lo quería

El Señor obispo, para cerciorarse, pregunto muchas cosas donde la vio y como era; y el refirió todo perfectamente al señor obispo. Mas aunque explico con precisión la figura de ella  y cuanto había visto y admirado, que en todo se descubría ser ella  la siempre Virgen Santísima Madre del salvador Nuestro Señor Jesucristo; sin embargo, no le dio crédito y dijo que no solamente por su platica y solicitud se había de hacerlo lo que pedía; que ademas, era muy necesaria alguna señal; para que se le pudiera creer que le enviaba la misma Señor, mira cual ha de ser la señal que pides; que luego iré a pedírsela a la Señora del Cielo que me envía acá" Viendo el obispo que ratificaba todo, sin dudar, ni retractar nada, le despidió.


Mando inmediatamente a unas gentes de su casa en quienes podía confiar, que le vinieran siguiendo y vigilando a donde iba y a quien veía y hablaba. Así se hizo. Juan Diego se vino derecho y camino por la calzada; los que venían tras el,donde pasa la barranca, cerca del puente Tepeyacac, lo perdieron; y aunque mas buscaron por todas partes, en ninguna le vieron.
 

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