El Señor obispo, para cerciorarse, pregunto muchas cosas donde la vio y como era; y el refirió todo perfectamente al señor obispo. Mas aunque explico con precisión la figura de ella y cuanto había visto y admirado, que en todo se descubría ser ella la siempre Virgen Santísima Madre del salvador Nuestro Señor Jesucristo; sin embargo, no le dio crédito y dijo que no solamente por su platica y solicitud se había de hacerlo lo que pedía; que ademas, era muy necesaria alguna señal; para que se le pudiera creer que le enviaba la misma Señor, mira cual ha de ser la señal que pides; que luego iré a pedírsela a la Señora del Cielo que me envía acá" Viendo el obispo que ratificaba todo, sin dudar, ni retractar nada, le despidió.
Mando inmediatamente a unas gentes de su casa en quienes podía confiar, que le vinieran siguiendo y vigilando a donde iba y a quien veía y hablaba. Así se hizo. Juan Diego se vino derecho y camino por la calzada; los que venían tras el,donde pasa la barranca, cerca del puente Tepeyacac, lo perdieron; y aunque mas buscaron por todas partes, en ninguna le vieron.
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