lunes, 18 de febrero de 2013

Que me invoquen y en mi confié; oír allí sus lamentos y remediar todas sus miserias, penas y dolores.
Y para realizar lo que mi clemencia pretende, ve al palacio del obispo de México y le dirás como yo te envió a manifestarle lo que mucho deseo, que aquí en el llano me edifique un templo:

Le contaras puntualmente cuanto has visto y admirado y lo que has oído. Ten por seguro que lo agradeceré bien y lo pagare, porque te haré feliz y merecerás mucho que yo recompensare el trabajo y fatiga con que vas a procurar lo que te encomiendo. Mira que ya has oído mi mandato, hijo mio el mas pequeño, anda y pon tu esfuerzo".

Al punto se inclino delante de ella y le dijo:" señora mía, ya voy a cumplir tu mandado; por ahora me despido de ti, yo tu humilde siervo" Luego bajo, para ir a hacer su mandado; y salio a la calzada que viene en linea recta a México . Habiendo entrando  en la ciudad, sin dilación se fue  en derechura al palacio del obispo, que era el prelado que muy poco antes había venido y se llamaba don fray Juan de Zumarraga , religioso  De san Francisco. Apenas llego trato de verle; rogó a sus criados que fueran a anunciarle y pasado un buen rato vinieron a llamarle, que había mandado el señor obispo que entrara. Luego que entro, se inclino y arrodillo delante de el; en seguida le dio el recado de la señora del Cielo; y también le dijo cuando admiro, vio y oyó  Después de oír toda su platica y su recado, pareció no darle crédito; y le respondió:"Otra vez vendrás, Hijo mio y te oiré mas despacio, lo veré muy desde el principio y lo pensare en la voluntad y deseo con que has venido"

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