lunes, 18 de febrero de 2013

PRIMERA APARICION

Diez años después de tomada la ciudad de México se suspendió la guerra y hubo paz entre los pueblos, así como empezó a brotar  la fe, el conocimiento del verdadero Dios, por quien se vive. A la sazón, en el año de mil quinientos treinta y uno, a pocos días del mes de diciembre, sucedió  que había un pobre indio, de nombre Juan Diego según se dice, natural de Cuatitlan . Tocante a las cosas espirituales aun todo pertenencia a Tlatilolco.

Era sábado, muy de madrugada, y venia en pos del culto divino y de sus mandados. al llegar junto al cerrillo llamado Tepeyacac amanecía y oyó  cantar arriba del cerrillo:
semejaba canto de varios pájaros preciosos; callaban a ratos las voces de los cantores; y parecía que el monte les respondía. Su canto, muy suave y deleitosos, sobrepujaba al del COYOLTOTOTL y del TZINIZCAN y de otros pájaros lindos que cantan.

Se paro Juan Diego a ver y dijo para si:"¿Por ventura soy digno de lo que oigo? ¿ Quizás  sueño? ¿ Me levanto de dormir? ¿ Donde estoy? ¿Acaso en el paraíso Terrenal, Que dejaron dicho los viejos, nuestros mayores?. ¿ Acaso ya en el cielo?"

Estaba viendo hacia el oriente, arriba del cerrillo de donde procedía el precioso canto celestial y así que ceso repentinamente y se hizo el silencio, oyó que le llamaban de arriba del cerrillo y le decían:"   Juanito , Juan Dieguito"

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